“Yo marcho por mi niña que fue asesinada, y marcho por aquellas madres que sienten el mismo dolor que yo”, esas fueron las palabras de Elizabeth Ramírez Jiménez, quien hace siete años perdió a su hija a manos de un familiar, quien la violó, la asesinó y tiró en un lote baldío.
Y con esas pocas fuerzas que le quedan, Elizabeth Ramírez salió a marchar para exigir justicia por todos los feminicidios que han ocurrido en Sonora, apoyando a niñas, jóvenes, adultas y ancianas a que sigan luchando y exigiendo que sus derechos no sean pisoteados, así como para que sigan luchando por la violencia de género que se sigue dando en el Estado.
“Es la primera marcha a la que vengo, y estoy aquí porque no quiero que pasen lo que yo pasé, porque no quiero que las mujeres sigan sufriendo violencia, y quiero justicia para mí niña, la asesinaron, un hermano.
“El agresor ya está en la cárcel, pero quiero que le den cadena perpetua, que no salga de la cárcel, eso es lo que quiero, y no quiero que haya más muertes de niñas, que ya no haya violaciones, que nos respeten”, manifestó.
La pequeña Verania Elizabeth Ramírez Jiménez, de 13 años de edad en aquel 2013, salió de la secundaria, su tío fue por ella, pero no la regresó a su hogar, sino que la violó para después matarla, lo que marcó la vida de su madre Elizabeth Ramírez, quien por el dolor no había salido a alzar la voy, pero que este 2021 decidió a gritar por su pequeña, a la que le arrebataron la vida.
Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, en Hermosillo se dieron cita más de mil 500 mujeres, con sus hijas e hijos, señoras adultas y de la tercera edad, quienes, a pesar de la contingencia sanitaria, se solidarizaron con quienes exigen justicia por cada uno de los feminicidios que han ocurrido en Sonora.
El contingente que se manifestó pacíficamente por el bulevar Kino, bulevar Rodríguez, para concluir en las escalinatas del Museo de la Universidad de Sonora, retumbaron los nombres de las mujeres asesinadas, mientras que otras, contaban su pesar a manos de un familiar, al ser tocadas o violadas.
“Las niñas no se tocan, no se violan, no se matan, estamos aquí porque es urgente poner un alto a los feminicidios, que acabe la violencia que vivimos las mujeres en este Estado y en este País.
“Nos queda claro que ser mujer en Sonora es sinónimo de riesgo y muerte y nos parece absurdo que a pesar de todo esto no se decrete la alerta de género, la exigimos ya, y llamamos a las autoridades de Gobierno a que cumplan su deber de proteger integralmente a las mujeres, su deber de no revictimizar”, recalcó integrante del colectivo Marea Verde.
Este año, la manifestación del 8M se tornó sin complicaciones, respetando a las que marcharon, a las que gritaron, y las que alzaron la voz por las que ya no están, por las que fueron asesinadas en Sonora, en México y en el mundo.