Por Mónica Miranda
Un sacerdote a la antigua, con la misión de ayudar a los más necesitados y siempre dispuesto a apoyar a su comunidad en tiempos difíciles, así recuerdan los feligreses de la iglesia San Francisco de Asís al párroco Hugo Montaño Terán fallecido la madrugada de este jueves por Covid-19.
La señora Consuelo Valenzuela, vecina de la parroquia ubicada en Guadalupe Victoria y Ángel García Aburto, contó que se enteraron del lamentable deceso a muy temprana hora de este jueves y que llevaban días dedicando sus oraciones a la mejoría de salud del sacerdote.
“Últimamente él tuvo esa virtud que le daba de comer a los indigentes, los nombraba los Cristos, a los señores de la calle, entonces él los domingos, porque era un sacerdote muy favorecido, ayudaba mucho la gente, entonces los domingos recibía ayuda él de personas que le traían los alimentos a mediodía y ahí en un corredor por allá reunía a los indigentes y les daba los alimentos”.
Una palabra de aliento siempre acompañaba sus conversaciones, hablar con el padre Hugo significaba recuperar la motivación en un mal momento.
Desde hace seis años el padre Hugo se hacía cargo de la parroquia, la cual tuvo mejorías en su infraestructura por la gestión que realizó el sacerdote para beneficio de la comunidad que acudía al templo.
Los feligreses desconocen hasta el momento quien quedará al frente de la parroquia, esperan se trate de una persona comprometida con la labor social como lo hacía el padre Hugo, además de su trabajo dentro de la sacristía.
“Muy lindo el padre es lo que yo puedo decir, un sacerdote completo, a la antigua, así decíamos, dedicado a su trabajo, muy humano, allá está en el cielo, voló sin detenerse en ninguna parte porque él se ganó eso”.
El párroco pasó sus últimas semanas en la casa parroquial, hasta que tuvo que ser internado en un hospital de la ciudad donde no resistió a las complicaciones del virus.