Los errores de la inversión tecnológica en Coahuila

La falta de estrategia en proyectos de innovación en Coahuila y México causa que se pierdan millones de pesos en construcciones que terminan abandonadas

Vanguardia
Texto y fotos: Francisco Rodríguez / Semanario – Vanguardia
Ilustración: Edgardo Barrera

*Este reportaje fue producido originalmente por el Semanario del diario Vanguardia y forma parte del Hub 
de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists, 
en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers.

Coahuila no es una tierra fértil para los proyectos de Tecnologías de la Información. La mayor parte de la inversión millonaria realizada, al menos en La Laguna, culminó en propuestas que ya no existen, nunca despegaron o están en la cuerda floja. 

En el invierno lagunero de enero de 2016, el exgobernador Rubén Moreira inauguró en Torreón el Parque de Innovación Tecnológica de Torreón (PITT), un proyecto de 100 millones de pesos que pretendía “fomentar la competitividad e impulsar el crecimiento de las empresas de tecnologías de la información”.

El mandatario estatal prometió entonces el crecimiento en las inversiones de empresas tecnológicas. Incluso se aseguraba que estaba confirmada la instalación de dos compañías. Sin embargo, esto no ocurrió. 

Hoy, cinco años después, el proyecto quedó abandonado. Para los especialistas consultados por Semanario esto pone en evidencia que no hay una estrategia clara para promover las tecnologías de la información (TI), lo que priva a Coahuila de un mercado millonario.

Fachada descuidada del parque PITT, en Torreón, proyecto con 100 mdp de inversión, que actualmente solo alberga la oficina del Coecyt con 5 empleados.

Aunque hay un proyecto de la empresa Peñoles con intención de instalarse en el parque, en cinco años solo llegó la oficina regional de Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (Coecyt) con cinco empleados, y se truncó el proyecto de energías renovables del Tecnológico Nacional de México.

El secretario de Economía, Jaime Guerra Pérez, reconoce que el parque PITT no ha resultado como hubieran querido, pero se excusa con la cancelación del proyecto de energías verdes del Tecnológico de México. 

–No ha estado en nosotros, hemos dado las facilidades, pero cancelaron la inversión muy grande –dice.
–¿El PITT ha sido un elefante blanco? –se le cuestiona.
–Bueno, no lo sé. Depende cómo lo veas. Ahí está el Coecyt (Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología), que es ciencia y tecnología.
–Pero tiene cinco empleados y es de gobierno.
–Es que depende cómo lo veas, o sea, la realidad es que hemos hecho un esfuerzo importante, pero por diferentes razones no se ha podido concretar este parque –concluye el funcionario.

Pero especialistas como Luis Fernando Gallardo, presidente ejecutivo del Instituto Mexicano de Tecnologías de la Información y Comunicación (IMTIC), dice que este y otros proyectos de tecnologías de la información no son otra cosa que eso: elefantes blancos, obras caras e inútiles, que evidencian las malas estrategias en el ramo. 

Luis Fernando Gallardo, presidente ejecutivo del Instituto Mexicano de Tecnologías de la Información y Comunicación (IMTIC).

–Jalas al Coecyt porque tienes que convalidar. Invitas a alguien para que convalide algo que de origen no es lo que dicen que va a ser. Ve cuántos parques están solos –comenta refiriéndose no solo a Coahuila, sino al resto del país. 

Estos clústeres que se han intentado hacer por parte de gobiernos, empresarios y universidades no se alcanzan a lograr porque nacen de una iniciativa del gobierno estatal y no de una necesidad de la sociedad como tal, comenta.

Este tipo de apuestas, explica, obedece a una estrategia gubernamental donde existe un gasto etiquetado que se tiene que ejercer para la promoción económica. Por eso se invierten grandes cantidades de dinero que benefician a ciertos empresarios privilegiados que están cerca del gobierno. 

El mismo secretario Jaime Guerra reconoce que los parques tecnológicos no funcionan. 

–Se visitaron como 10 en Estados Unidos y no funcionan como tal –dice–. Tú no puedes llevarte todas las empresas de tecnología a un solo lugar.

El secretario de economía, Jaime Guerra Pérez, reconoce que el parque PITT no funciona, entre otros motivos, porque reunir a todas las empresas de tecnología en un solo lugar no es viable.

Lo que se requiere, explica, es la suma de esfuerzos de las empresas de tecnología para crear un “ecosistema” donde se pueda estar inclusive del otro lado del mundo. Pero hoy ese ecosistema en La Laguna, en Coahuila, no existe.

Inversión sin estrategia

En 2007 el Banco Mundial recomendó a siete estados del país, entre ellos Coahuila, como lugares estratégicos para detonar las tecnologías de la información, comunicación, desarrollo de software y externalización de procesos de negocios. 

Desde 2011 se inició la obra del Parque de Innovación y Tecnología de Torreón como una respuesta a este panorama. Tuvo una inversión conjunta de 100 millones de pesos con el gobierno federal. El Estado aportó el terreno. 

De inicio, el parque estaba proyectado para concluir en 2012, pero no logró inaugurarse hasta 2016, en la administración de Rubén Moreira. 

En el transcurso de la construcción, trascendió que empresas estadounidenses como AT&T se instalarían, pero nunca se concretó nada.

A la fecha, el parque PITT, ubicado en la zona industrial Mieleras de Torreón (a 20 kilómetros del centro de la ciudad), alberga las oficinas del Coecyt, que solo cuenta con cinco empleados, dos de confianza y tres por honorarios.

Se comenzó con la construcción de la Unidad Especializada de Energías Renovables del Tecnológico Nacional de México, pero después de un año de terminarse, quedó abandonada.

Oficinas abandonadas del proyecto del Tecnológico Nacional de México, al interior del PITT, un proyecto de energías renovables que nunca despegó.

Actualmente, Peñoles tiene intención de aterrizar un proyecto de robótica. Pero solo eso: es un enorme parque con un enorme edificio con auditorio, centro de negocios y salones, para cinco trabajadores. Dos centros que serían destinados para laboratorios de bioenergía y energía eólica están abandonados. Por cierto, también hay tierra y hierba por montones.

Para el presidente del Instituto Mexicano de Tecnologías de la Información y Comunicación, Luis Fernando Gallardo la misión de los gobernantes es gastarse el dinero y usan el tema de la tecnología como pretexto para sacar el recurso sin resolver el problema de fondo. 

Gallardo califica esto como una “tragedia”, ya que ahora el mundo está dominado por las tecnologías de la información, y quien no esté metido en esa industria “estará destinado a desaparecer o vivir en condiciones muy precarias”.

Óscar Muller, fundador de NIIT México, un programa creado en la India que proporciona educación y formación en Tecnologías de la Información, opina en el mismo sentido. Considera que las TI no requieren parques industriales, sino edificios donde la persona esté en un ambiente cómodo y seguro.

Menciona casos como los de las ciudades de Seattle o Austin, en Estados Unidos, donde ya no existen parques y las fábricas de software están en el centro del país.  

–Rentan un departamento enfrente, se bajan, cruzan y ahí está su trabajo. Les dan las 6 de la tarde y van a restaurantes y bares. En cambio, si lo ponen en un parque no sucede eso. Este giro no es tan indispensable que se ponga en un parque. También porque más del 50 por ciento de los trabajadores van a ser mujeres. Me daría mucho temor que mi hija trabajara en un parque retirado y que llegara todos los días a las ocho o nueve de la noche –declara.

Agrega que una fábrica de software se podría instalar en uno de los muchos edificios vacíos del centro de Torreón. También considera que las recomendaciones que hizo el Banco Mundial son válidas para cualquier zona. Pero en el norte del país, dice, se privilegia a la industria de la manufactura. 

Óscar Muller considera que en México, por lo general, la gente siente que se generan empleos solo en las fábricas de manufactura, cuyos sueldos no se comparan con los miles de dólares que recibe alguien que trabaja en TI. 

Óscar Muller, fundador de NIIT México, considera que en México falta visión y estrategia para los proyectos de inversión tecnológica.

Según el libro “La nueva geografía de los trabajos” (The new geography of jobs) de Enrico Moretti, la mayoría de las empresas icónicas de Silicon Valley están ubicadas en “oficinas de edificios anónimos”.

Por eso Óscar Muller cree que este tipo de proyectos, como la construcción de un parque, reflejan que no solo en Coahuila, sino en México, no existen estrategias viables para el desarrollo de las tecnologías de la información.

Rubén Morales Quintero, director de la Promotora Inmobiliaria para el Desarrollo Económico de Coahuila (Pideco), grupo encargado de la posesión de la tierra y de proveer de la misma a inversiones, detalla que el parque cuenta con 20 terrenos y una superficie total de más de 98 mil metros cuadrados. A la fecha, confirma, solo están escriturados dos. Apenas el dos por ciento.

Al gobierno de Coahuila le costó 396 mil pesos el mantenimiento del parque en 2019 y 528 mil pesos en 2020. Es decir, 924 mil pesos, casi un millón, esencialmente para el pago de jardinería, limpieza y vigilancia, según respuesta a una solicitud de información.

Según Morales Quintero el mantenimiento del parque en este año (con corte a agosto de 2021) oscila en los 44 mil pesos mensuales.

Hugo Montoya, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti) para Coahuila y Durango, dice que para trabajar en un parque como el PITT se requiere un transporte más rico en rutas, porque la gente ve como un problema la lejanía del lugar. 

Esta condición es algo que no vio en su momento la ex secretaria del Trabajo Norma González, que en su discurso de inauguración del parque destacó que la ubicación del PITT representaba “un elemento clave”. 

Hugo Montoya agrega que se requiere un polo de desarrollo tecnológico, y no solo construir edificios que hospeden a las empresas. Es necesario, agrega, que todo el ecosistema sea atractivo para generar la inversión esperada.

Hugo Montoya, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CANIETI), cree que para que funcionen los proyectos tecnológicos hace falta un plan de desarrollo integral, no solo traer empresas.

El presidente de Canieti critica también que el parque PITT no cuenta con buen internet, cuando la industria requiere condiciones de alta velocidad, infraestructura especial que no se tiene en estos momentos.

El caso NIIT

Antes de la apuesta por el parque PITT, en la administración de Humberto Moreira se inauguró en Torreón el Centro de Capacitación de Tecnologías de la Información “Las Américas IT Park”, con enseñanza de tecnología de la India. 

El proyecto, también, pretendía impulsar la industria de la tecnología de la información en la región Laguna “a través de la creación de recurso humano calificado”. 

La obra costó poco más de 30 millones de pesos, incluyó aulas y oficinas para enseñar a jóvenes cómo desarrollar software. La construcción, al final, quedó en manos del empresario Carlos Delgado, su dueño legal.

Óscar Muller recuerda que le propusieron al gobernador Humberto Moreira dar becas a jóvenes que no tenían recursos para que estudiaran computación de primer nivel como lo enseñan en India, precisamente a través del programa NIIT.

El proyecto incluía becas a jóvenes y pago a los instructores, muchos de los cuales provenían de la India o de Estados Unidos. Pero el proyecto no siguió y hubo problemas en los pagos a los maestros. 

Óscar Muller asegura que, aunque de poca duración, los programas fueron exitosos y existen testimonios de muchachos a los que les cambió la vida para bien. 

–¿Qué fue lo que pasó? –pregunta el reportero.

–Yo creo que no solamente es el gobierno de Coahuila sino de todo México. Carecemos de estrategias y no le damos seguimiento a los proyectos. Es fecha que México no tiene una estrategia de TI. Estados que tienen fama de ser muy exitosos, como Jalisco o Nuevo León, no tienen estrategias de TI, mientras que India exporta miles de millones de dólares gracias a esa industria. 

Para Luis Fernando Gallardo, presidente de IMTIC, de este tipo de inversiones se beneficiaron políticos y empresarios porque les construyeron edificios, que equiparon con tecnología, pagaron costos de conectividad, internet y comunicaciones. Además, el gobierno pagaba a los instructores, a los maestros y otorgaba becas. El empresariado no arriesgó ningún peso.  

–Todos quisiéramos iniciar un negocio de ese tipo: te pongo tu restaurante, te pongo los clientes, te pago la comida, los alimentos, para que los prepares y además te pago por el cliente, para que no pague. Yo pago para que vaya a comer tus gorditas –ejemplifica Gallardo.

El presidente del IMTIC considera que aunque NIIT aportó y ayudó a que la gente volteara a ver el sector, “salió más caro el caldo que las albóndigas”, pues para él era más fácil haber fortalecido las carreras de tecnologías que ya se impartían en la región, o inclusive becar a los muchachos en el Tec de Monterrey o en alguna universidad estadounidense, que crear una infraestructura que acabó abandonada.

Actualmente, el lugar que alguna vez albergó a jóvenes ávidos de aprender de tecnologías de la información, está en renta. 

–Es una nave industrial más que le construyeron a un empresario –critica y traduce Gallardo. 

Óscar Muller no cree que esa haya sido la intención y apunta más a un tema de desconocimiento y mala estrategia del gobierno. Considera que donde se fomente el sector de tecnologías automáticamente el terreno va a valer más.

Admite, además, que es un problema depender tanto de los gobiernos por los procesos burocráticos que tienen, y porque no existe el concepto de apoyo para el software. 

–Apoyan que se instale una fábrica, dan incentivos de terrenos, de vías de ferrocarril, de energía, de agua, de gas, pero para la industria de TI lo que se requiere es gente –afirma.

Considera que gobierno y sociedad civil no han dimensionado la importancia del sector de las tecnologías y dice que los empleos que generarán mayor ingreso en el futuro serán los que estén relacionados con ellas.

¿Pero a quién le toca?

Energías renovables, otro elefante blanco

En 2018 se puso la primera piedra de lo que sería la Unidad Especializada de Energías Renovables del Tecnológico Nacional de México, que se proyectaba como el primero de su tipo a nivel nacional.

Solo dos de cuatro laboratorios se construyeron en La Unidad Especializada de Energías Renovables del Tecnológico Nacional de México. Sin embargo el proyectó no arrancó y sus oficinas están abandonadas.

Se proyectaba construir cuatro laboratorios con financiamiento de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Secretaría de Energía (Sener), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y del gobierno de Coahuila, con una inversión de más de mil 200 millones de pesos. 

Únicamente se concluyeron dos laboratorios que fueron entregados en enero de 2020, con una inversión, según las placas de obra, de 35 millones de pesos. Sin embargo, con la postura del gobierno federal de retirar apoyos a las energías limpias, el proyecto se apantanó. 

Actualmente solo existen oficinas vacías dentro de un parque desolado donde la hierba crece sin que a nadie pareciera importarle. 

Carlos González, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) Torreón, recalca que un parque tecnológico no opera sin fondos y al perderse los fideicomisos que tenían que ver con ciencia y tecnología todo se vino abajo.

Hoy por hoy, dice el presidente de Canacintra, el Centro de Investigación en Energías Renovables es un elefante blanco porque nadie lo usa. 

Carlos González, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) Torreón, explica que al perderse los fideicomisos federales, el proyecto del PITT se estancó.

Dice que no es fácil reactivar el parque porque hay muchos problemas alrededor. Por ejemplo, el hecho de que hay instalaciones terminadas y abandonadas que se pueden echar a perder. 

González considera que el tema de las energías alternativas es importante para mantener a la región en un nivel de competitividad mundial. 

–Espero que lo retome el presidente, pueda desatorarse y llegue a concretarse –comenta. 

Sin embargo, el secretario de Economía Jaime Guerra cree que el Tecnológico de México ya lo dio por perdido y no lo tiene entre sus prioridades. 

–Las instalaciones ahí están. Vamos a ver qué hacemos con ellas porque si el proyecto no se lleva a cabo nos tienen que regresar el terreno –comenta.

El gobierno de Coahuila en la administración de Rubén Moreira firmó un convenio con el Tecnológico de México con el que donó 16 lotes de terrenos que suman 47 mil 135.56 metros cuadrados. 

La cláusula séptima del convenio estipula que si no se cumplen los compromisos se solicitará la restitución de los bienes inmuebles y, de ser así, el gobierno del Estado queda obligado a reintegrar a favor del Tecnológico el monto de la inversión federal. 

El secretario de Economía considera que se deberían aprovechar las instalaciones para impulsar la estrategia de parques. Pero a un año y medio de que se entregó la obra y no se ha utilizado, no hay ningún plan. 

¿Mala educación?

Para Óscar Muller de NIIT México, las empresas de TI no han llegado a la región por falta de gente.

Asegura que las empresas están y cita transnacionales como Caterpillar, Takata o John Deere, o empresas como LALA, Peñoles, Trasgo o Pilgrims que están en la región Laguna.

–Es llegar y decirle qué necesitas. Tráete tu división de software que tienes en India, en China, en Estados Unidos. Tráetela para acá, págales el 40% de lo que le pagas en Estados Unidos, que sigue siendo muchísimo. Más de 100 mil pesos mensuales. Eso cambia y es en beneficio de todos –expone.

Asegura que conoce muchas empresas que tienen voluntad de instalarse, pero estas preguntan dónde está la gente que tenga las habilidades. Dice que India puede dar el perfil que se requiera con un modelo que enseñe teoría y práctica. 

–No se necesita que den una nave industrial, se necesita que den dos mil personas que sepan de tecnología sofisticada. No es fácil –comenta Muller. 

Y se pierde un mercado donde los trabajadores de TI ganan mucho dinero. Dinero que, dice Muller, desencadenaría la circulación de capital en la ciudad. 

En el libro “La nueva geografía de los trabajos”, Moretti cita que, de acuerdo con el reporte de Microsoft, un empleado gana en promedio 170 mil dólares al año, dinero que se puede gastar en negocios, restaurantes, compra de autos, viajes.

Muller asegura que las universidades locales no tienen en cuenta lo que se necesita en el mercado. 

Hugo Montoya de Canieti considera que, en materia educativa, se ha cubierto bien la parte industrial, pero donde existen necesidades de mejora más especializada, dice, es en el tema de TI. 

El Foro Económico Mundial estima que para 2025 se crearán 97 millones de nuevos empleos en sectores emergentes, principalmente en tareas de TI, como el desarrollo de software, aplicaciones, inteligencia artificial y analistas de seguridad digital, entre otros. 

Luis Fernando Gallardo del IMTIC considera que Torreón, en cuanto a planes de estudio, se retrasó 10 a 12 años. La capacitación del talento que está egresando, afirma, no se construye en las universidades, sino en la nube, en el autoaprendizaje. 

–Con Humberto Moreira fueron las tecnologías de la información y con Rubén Moreira las energías renovables –dice.

Además considera que la Laguna está perdida porque no hay nada que cohesione los esfuerzo en el tema. 

Se intentó consultar a especialistas de la Universidad Tecnológica de Torreón o del Tecnológico de Monterrey para hablar del tema, pero nunca hubo respuesta. 

¿Qué va a pasar?

El secretario de Economía Jaime Guerra adelanta que se debe anunciar pronto una iniciativa del gobernador para crear parques tecnológicos, pero entendidos como una estrategia, no sólo como la construcción de un edificio. Como se hizo con el parque PITT.

–(Se anunciará) un ecosistema de innovación y desarrollo tecnológico. Es un concepto, no es un parque físico–, aclara.

Hugo Montoya, presidente de Canieti, opina que se está bastante atrasado en el tema de TI. Señala que mientras la pandemia aceleró estas industrias en México, todavía existe una brecha en cuanto a la cultura de trabajo necesaria. Un cambio que debe venir desde los dueños de las empresas. 

Para el presidente de Canacintra Carlos González si no se le encuentra un uso al parque o sus instalaciones, definitivamente se tendría que hablar de dinero tirado a la basura. Sin embargo, confía en que se le encuentre un uso.

–Si lo reconvertimos, si lo pudiéramos utilizar para atraer empresas, tráete una empresa y métela ahí. Todo depende si nos reconvertimos o no. ¿Qué vamos a hacer con eso? Ese es el tema –expone.

Para Óscar Muller de NIIT se necesita generar ese ecosistema que dé las condiciones para que los estudiantes se queden o regresen en la zona, y no haya fuga de talentos a otras entidades como Nuevo León, Jalisco, Querétaro, Ciudad de México o inclusive Estados Unidos.

Como dice Enrico Moretti en su libro “La nueva geografía del trabajo”: “Si Google se mueve a Visalia o al Tibet, ningún usuario se daría cuenta (…)”. Y se pregunta: “¿Por qué una empresa de innovación estaría en una ubicación cara cuando puede estar en cualquier lugar?”.

*Este reportaje fue producido originalmente por el Semanario del diario Vanguardia 
y forma parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, 
un proyecto del International Center for Journalists, en alianza con el Border Center 
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