Sonora forma parte de las dieciséis entidades del país en el que funerarias particulares sustituyen algunas de las funciones de los servicios médicos forenses, de acuerdo a una investigación de quintoelab.org.
En su publicación “Crisis forense: cuando las funerarias suplieron al Semefo” explica cómo estas empresas han hecho trabajos que le corresponden a los anfiteatros gubernamentales .
Los estados mencionados donde se sucede esta situación son Sinaloa, Baja California, Baja California Sur, Sonora, Coahuila, Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz, Nayarit, Jalisco, Hidalgo, Michoacán, Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Quintana Roo.
En el artículo se narra la historia de Belisario Quintero, joven de Chihuahua que se mudó a Los Mochis, donde lamentablemente fue asesinado y sepultado en una fosa clandestina.
Tras la exhumación del cuerpo del estudiante de 23 años de edad, y aunque fue identificado por sus familiares, tuvieron que pasar 18 meses, tres pruebas de ADN, dos exhumaciones y la intervención de un desenterrador para que fuera entregado a la familia.
Belisario desapareció el 20 de mayo de 2014. Dos meses más tarde un grupo de personas encontró su cuerpo, junto a otros más que estaban en una fosa clandestina.
Sin embargo, en lugar de ser llevados al servicio médico forense (Semefo), llegó una funeraria.
“En este negocio los peritos del Semefo examinaron los cuerpos y les asignaron un número para identificar su expediente”, narra la investigación de quintoelab.org
Añade que ese procedimiento es normal en algunos municipios de Sinaloa , donde los cuerpos son llevados a la misma funeraria donde se practican exámenes forenses y periciales.
Enlace directo de la investigación completa de quintoelab.org: https://www.quintoelab.org/crisis-forense/crisis-forense-cuando-las-funerarias-suplieron-al-semefo/
