Investigación desde lo local

Dictan la mayor sentencia por el delito de violencia familiar

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La Fiscalía General de Justicia del Estado logró una condena de 7 años de prisión y una multa de 66 mil pesos para el recurrente agresor

Pablo Humberto “N”, de 46 años de edad, obtuvo la sentencia más alta que se ha dictado en Sonora por el delito de violencia familiar.

HERMOSILLO.- La más alta penalidad obtenida para el delito de violencia familiar obtuvo personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE) luego de que el Juez dictara una pena de 7 años de prisión y multas por casi 66 mil pesos para un sujeto.

En la sentencia contra Pablo Humberto “N.”, de 46 años de edad, lograda por personal de Litigación de la Vicefiscalía de Control de Procesos, de la Fiscalía de Sonora, se demostró la reincidencia del mismo delito cometido en agravio de su esposa.

Además de los 7 años de cárcel para el sentenciado, el Juez decretó un pago de 21 mil 544.95 pesos de multa y otro de 44 mil 357.25 pesos para la reparación del daño moral para la víctima, Lidia “N.”, de 45 años.

En mayo de 2001 se tipificó el delito de violencia intrafamiliar, hoy violencia familiar, que en una reforma a la ley en noviembre de 2018 aumentó la penalidad de 1 a 6 años de prisión, pero en este caso fue de 7 años al acreditarse la reincidencia.

Dentro de la causa penal 1585/2019, personal de la Fiscalía de Justicia de Sonora recabó datos de pruebas donde se expuso que Pablo Humberto “N.” fue sorprendido por su esposa y uno de sus hijos mientras se drogaba en el interior de la vivienda.

De la nada empezó a agredir a la señora y amenazó con privarla de la vida, por lo que ella solicitó ayuda a una vecina quien se percató de los hechos, interponiendo la denuncia correspondiente por los hechos registrados el 12 de mayo de 2019.

El juicio inició el 9 de marzo de este año, sin embargo, por problemas de salud de la víctima fue necesario posponer el caso, el cual se reanudó el pasado 4 de agosto y que terminó con la sentencia condenatoria para el entonces imputado.

La pareja contrajo matrimonio en 1992, con los años, al perder el empleo Pablo Humberto “N.” y a sus adicciones a las drogas, comenzó a agredir verbal y físicamente a su esposa, al grado de estar recluido en el Cereso dos ocasiones por violencia familiar.

Al obtener su libertad por segunda ocasión, en marzo de 2019, acudió a ella para que le diera alojamiento por una noche, accediendo la esposa por humanidad y ya no pudo sacarlo, al principio se comportó gentil, pero luego volvió a las agresiones que ahora lo llevaron de nuevo a la cárcel a compurgar la pena máxima.

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